viernes, 21 de junio de 2013

PRESIDENTES DEL COMITÉ OLÍMPICO INTERNACIONAL

DEMETRIUS VIKELAS (1894-1896)
La continuidad en la dirección olímpica ofreció al COI la necesitada primitiva solidez y por dicha razón Pierre de Coubertin, luego de aceptada la propuesta de que Atenas (1896) fuera la primera anfitriona del primer certamen, seguida de París (1900) y San Luis, Estados Unidos (1904), planteó el interés porque Vikelas dirigiera la institución. Era un prestigioso comerciante y hombre de letras, bien visto en la corte del rey Jorge I, lo cual brindó la posibilidad de conseguir el apoyo logístico imprescindible para llevar a cabo la celebración de los I Juegos Olímpicos de la Era Moderna en Atenas, a escasos kilómetros de Olimpia, el sitio original. En tal sentido consiguió convencer a un millonario griego residente en Egipto, apellidado Averoff, quien desde Alejandría donó un millón de francos-oro destinados a la reconstrucción del estadio Panatenaico.

PIERRE DE COUBERTIN (1896-1925)
Nació en París en 1863, en un hogar de la aristocracia franco-italiana. Estudió en un Colegio Jesuita y los continuó en la Facultad de Ciencias Políticas de París.  Posteriormente se trasladó a Inglaterra en busca de un modelo de reforma educativa, y visitó la Rugby School, escuela pública que le brindó las bases para la reforma que él quería implementar. Formó numerosas sociedades deportivas, pero aspiraba a una sociedad universal. por ello, en1894 en la Sorbona, se reunieron representantes de 14 países, y se reorganizaron a partir de allí los Juegos Olímpicos modernos. Fundó el Comité Olímpico Internacional, el que presidió hasta 1925 y eligió a Atenas como sede de los primeros Olímpicos modernos de verano, que se realizaron en 1896. Publicó, entre otras obras, La educación en Inglaterra (1888), Universidades transatlánticas (1890) y una trilogía pedagógica, publicada entre 1902 y 1916, formada por las siguientes obras: La gimnasia utilitaria, El análisis universal y El respeto mutuo.
HENRI DE BAILLET-LATOUR (1925-1942)
Nacido el 1 de marzo de 1876, se convirtió en el más cercano colaborador del barón de Coubertin. Entró al COI en 1903, a los 27 años. Diplomático de carrera y miembro del Consejo Superior de Educación Física de Bélgica, fue un asiduo jinete y un atleta que supo utilizar su influencia para obtener la organización de los Juegos de 1920 para Amberes, pese a las condiciones prevalecientes tras la posguerra. Tuvo una misión especial: a encomienda del barón Pierre de Fredy, fue el elegante emisario que debía hacer florecer el espíritu olímpico en cada rincón del planeta. De su discurso dependería el futuro del deporte mundial. Y cumplió.
Falleció de un infarto mientras dormía, durante su mandato, el 6 de enero de 1942, tras habérsele anunciado la muerte de su hijo en un accidente de avión en Inglaterra, durante un combate

J. SIGFRID EDSTRÖM (1946-1952)
Con la desaparición de los dos viejos guardianes del academicismo olímpico, el COI precisaba cierta renovación, luego de que los cambios registrados en el mundo al concluir la II Guerra Mundial impusieron nuevas concepciones. La persona escogida para asumir las riendas de la institución fue el sueco J. Sigfrid Edström , nacido el 21 de noviembre de 1870, súbdito de un país neutral, deportista de los pies a la cabeza y primer presidente de la Federación Internacional de Atletismo Amateur (FIFA) en 1912. Ese mismo año, como organizador de los Juegos Olímpicos de Estocolmo asumió con gran sentido de responsabilidad la introducción de novedosas técnicas y reglamentos en varias pruebas. Bajo su dirección fueron reanudados los Juegos en Londres (1948) y Helsinki, Finlandia, desarrolló los de 1952. En estas dos sedes, la unidad homogénea de los atletas, federativos y el público rescataron los sanos principios del Olimpismo.

AVERY BRUNDAGE (1952-1972)
Es la figura más controvertida en el seno de la institución. Brundage era estudiante de ingeniería en la Universidad de Illinois, cuando llegó sexto en la prueba de pentatlón y no finalizó en la del decatlón de los Juegos de Estocolmo, pero nunca aceptó el par de victorias conquistadas en tales pruebas por su compatriota Jim Thorpe. Algún tiempo después, Brundage denunció a Thorpe ante el Comité Olímpico de los Estados Unidos como atleta profesional y en el alegato señaló que cobró la suma de 50 dólares para jugar en un juego de béisbol. Durante la Era Brundage aparecieron una buena parte de los numerosos problemas afrontados en la actualidad por el Movimiento Olímpico Internacional, entre otros, la comercialización, los patrocinadores, la publicidad y la expedición de licencias para la explotación comercial de los emblemas olímpicos. Sin embargo, tampoco es posible pasar por alto que bajo su mandato, por primera vez, los Juegos Olímpicos abrieron las puertas a dos sedes trascendentales, Tokio, Japón (1964), y a la América Latina, Ciudad de México (1968), además de la entrada masiva de los países africanos. A la edad de 82 años no se presentó a la reelección en Munich, Alemania (1972) y falleció un año después. Había nacido el 28 de septiembre 1887

 LORD KILLANIN (1972-1980)
La llegada de Killanin a la máxima jefatura coincidió con nuevos cambios en la dirección de algunas federaciones internacionales, hasta ese momento regidas por ciudadanos británicos de recio abolengo aristocrático (entre ellos sir Stanley Rouss, de fútbol, y el marqués de Exeter, de atletismo), sustituidos respectivamente por el brasileño Joao Havelange y el italiano Primo Nebiolo. Los europeos lucharon a brazo partido por recuperar la presidencia olímpica y entre los anglosajones los dos principales candidatos fueron el propio marqués de Exeter y Killanin. El primero no aceptó la propuesta y de hecho pasó al primer plano el segundo, considerado un periodista perspicaz, con refinado sentido del humor y jinete consumado en sus años mozo. Lord Killanin afrontó a pecho descubierto los tres sonados boicots consecutivos que amenazaron seriamente la estabilidad del Movimiento Olímpico Internacional: Montreal, Canadá (1976), Moscú (1980) y Los Ángeles (1984). Killanin nació el 30 de julio de 1914 y fue elegido miembro del COI en 1952. Murió en abril de 1999.

JUAN ANTONIO SAMARANCH (1980-2001)
Vive por y para el deporte desde la adolescencia. Amante del deporte, fue un destacado jugador de hockey sobre patines, llegando a convertirse en seleccionador nacional. Fue electo miembro del Comité Olímpico Español en 1954 y en 1966 ingreso en el COI. En 1968 fue Jefe de Protocolo, en 1970 es elegido miembro del Ejecutivo y en 1974 vicepresidente.

Tuvo también responsabilidades políticas al cumplir su misión como embajador español en Moscú desde 1977 hasta 1980, año en que asumió la presidencia del COI. Con Samaranch se incrementó el marketing para dotar al COI de una base segura y se intensificó la lucha contra el dopaje desde el caso. A Samaranch se debe la creación de un Museo Olímpico con sede en Suiza. En 1988 le galardonaron con el Premio Príncipe de Asturias de Deportes. Tras abandonar el cargo al frente del COI, Samaranch fue designado como Presidente de Honor de ese organismo rector del deporte mundial.

JACQUES ROGGE (2001)
Jacques Rogge, el octavo presidente del COI, asumió el cargo el 16 de julio del 2001 en la 112 Sesión de ese organismo, celebrada en Moscú. Nació el 2 de mayo de 1942, en la ciudad belga de Ghent. Aunque es de profesión ortopédico, participó en los Juegos Olímpicos de México-1968, Munich-1972 y Montreal-1976 en las competencias de yatismo y fue miembro del equipo nacional de rugby de Bélgica.
Entre 1988 y 1992 fue presidente del Comité Olímpico de Bélgica y elegido en 1989 presidente de la Asociación Europea de Comités Olímpicos Nacionales. Es miembro del COI desde 1991 y en 1998 pasó a ser miembro de su dirección ejecutiva.


                                                                                              SERGIO TOLABA





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