sábado, 26 de mayo de 2012

JUEGOS OLÍMPICOS DE ATENAS DE 2004

KENTERIS Y TANOU NO APARECEN 
Eran los deportistas más marcados por la Agencia Mundial Antidopaje. Los atletas griegos Kostas Kenderis y su compatriota Katherina Thanou provocaron el primer y gran escándalo de los Juegos antes de que éstos comenzaran al no pasar un control antidopaje en la Villa Olímpica. Su regate a los expertos en dopaje del COI se intentó justificar con argumentos pueriles y hasta se escenificó un supuesto accidente de circulación y el ingreso hospitalario de los dos atletas. Cuando Kenteris y Thanou decidieron dar la cara pues su caso ya había llegado a un punto de no retorno y el día 18 entregaron sus acreditaciones a la Comisión Disciplinaria del COI. 
DUELO THORPE-VAN DEN HOOGENBAND-PHELPS 
Todo se prestaba a que la final de los 200 metros libres resultase ‘la carrera del siglo’. Tres plusmarquistas en liza; una revancha pendiente desde Sidney entre el australiano Ian Thorpe y el holandés Pieter van den Hoogenband y el desafío de Michael Phelps al hacer una incursión en el terreno de los dominadores de la distancia. El carrerón exigió lo mejor de Thorpe, uno de sus finales irresistibles. Y a su lado, Phelps, el tercero más rápido de la historia. Los que lo presenciaron no se pusieron de acuerdo en si la irrupción de un espontáneo en la final masculina de saltos sincronizados en el trampolín de 3 metros tuvo que ver con su desenlace. Durante la cuarta ronda de saltos salió de entre el público un hombre con mallas y tutú, que subió a la plataforma y se lanzó al agua. A partir de entonces pasó de todo en la competición. La pareja americana sucumbió bajo los nervios. El ruso Sautin se dio con los pies en el trampolín, y los chinos recibieron un cero. El triunfo cayó en manos de los griegos Siranidis y Bimis. No hicieron mención pública del espontáneo, pero deben guardarle eterna gratitud.
  LA PROTESTA CAMBIA UNA NOTA DE GIMNASIA 
Se desarrollaba la final masculina de barra fija. Sobre el aparato, el ruso Alexei Nemov jugándose su última oportunidad de lograr una medalla en Atenas. Nemov realizó sus seis ‘sueltas’, aterrizó correctamente, y recibió una puntuación de 9,750. Vió aparecer la nota y los que presenciaban la sesión irrumpieron en una protesta que se prolongó durante varios minutos. Era imposible que los siguientes gimnastas se subiesen al aparato. El griterío  se prolongaba y dos jueces que había otorgado a Nemov un 9,60 cambiaron su nota a un 9,65, lo que elevaba la definitiva en 225 milésimas. Cuando al estadounidense Paul Hamm le dieron una puntuación superior se reprodujo el escándalo. La final quedó adulterada por la reacción del público. 
UN TRIBUTO AL HÉROE NACIONAL EN SU DESPEDIDA
Pirros Dimas, levatador de peso griego, pretendía ser el primero en su deporte en conquistar el oro en cuatro Juegos consecutivos. Su imagen en grandes carteles publicitarios, con el lema, ‘imposible es levantar todo un país’, era toda una declaración de intenciones. Pero no ganó. A pesar de ello, cuando subió a recoger su medalla el recinto coreó su nombre y el de Grecia durante casi diez minutos. Rybakov, plata, y Asanidze, oro, asistían atónitos al espectáculo, aguardando para recibir sus medallas, mientras Dimas se empapaba de fervor popular. Finalizada la ceremonia apareció de nuevo acompañado de sus hijos, que ocuparon el podio. 
EL ENTIERRO DEL 'DREAM TEAM' 
El Dream Team pasó a mejor vida. Hasta la NBA no quiere saber nada de él. Lo repudia porque ha caído definitivamente en desgracia. Argentina tuvo el honor en semifinales y terminó de enterrar su leyenda, algo que pudo haber hecho España apenas un día antes. Era la segunda vez que Estados Unidos no se presentaba en la final olímpica de baloncesto y la primera desde que participa con los profesionales americanos, en teoría los mejores del mundo. Uno de ‘ellos’, Ginóbili, autor de 29 puntos, Scola y compañía terminaron de culminar la obra que habían iniciado en la primera fase del torneo Puerto Rico y Lituania. Lo hicieron con estilo, con una superioridad que indignó al otro lado del Atlántico. Los inventores del baloncesto ya no son los mejores en este juego. Así de crudo. Así de sano.
  MANOLO SE LLEVA LA GLORIA DE OLIMPIA 
Birgit Fischer-ATENAS 2004
Hace 2.780 años un cocinero se convertía en el primer campeón olímpico. Fue en Olimpia. Tras 1.527 años de ausencia, regresaba la competición olímpica, pero a Atenas. Sin embargo, el ardor competitivo volvió a esta explanada en peso y no como dicta la tradición, en la carrera de casi 200 metros. Hasta el sexto lanzamiento, Manuel Martínez mantuvo las opciones de ser campeón. Se tuvo que conformar con el cuarto puesto. En León le esperaba una medalla de chocolate para animar su regreso. 
EL GUERROUJ, EL REY DE LA PISTA 
Tan sólo Bennett y Nurmi habían sido capaz de ganar en una misma edición de los Juegos el 1.500 y el 5.000. Un sueño que quería repetir El Guerrouj. Había ganado todo lo ganable, menos el oro olímpico. En Atenas, estaba convencido que todo sería diferente. Por eso, cuando Lagat pareció interponerse en el 1.500, salió a escena el campeón marroquí a la que esta vez no se le escapó la victoria. Tras su primer título olímpico, encargó unas zapatillas para batirse con Bekele en el 5.000. Unas zapatillas que frenaron al rey del fondo mundial en su terreno. El etíope inclinaba la rodilla ante el nuevo rey de los Juegos, Hicham El Guerrouj. 
BIRGIT FISCHER, 24 AÑOS DESPUÉS 
En 1980, una alemana llamada Birgit Fischer se convertía en la campeona olímpica más joven de la historia del piragüismo con 18 años. En Atenas, la alemana ha conseguido lo que parecía imposible, regresar a la competición con 42 años y prepararse para los Juegos en apenas 302 días, con resultados impresionantes: oro formando parte del K-4 alemán y plata en el K-2. 


                                                                                              SERGIO TOLABA

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