Paavo Nurmi |
La Guerra
Fría, que durante décadas dividió el mundo en dos partes bélicas y ideológicas,
convirtió los Juegos Olímpicos de Helsinki en un eficiente escenario para las
divergencias lideradas por los Estados Unidos y por la Unión Soviética. En
Abril de 1951, nació el Comité Olímpico Soviético. En Mayo, el nuevo organismo
fue reconocido por el Comité Olímpico Internacional. En Junio, fue anunciado
que las olimpíadas del año siguiente serían en Helsinki, y que estarían
compitiendo atletas de la antigua tierra de los zares. La prensa comenzó a
especular con que pasaría en la capital finlandesa. Todos sabían que iba a
ocurrir una especie de Guerra Fría deportiva. El famoso presentador de
televisión Ed Sullivan, de los Estados Unidos, declaró que en la Unión
Soviética, había apenas dos opciones: o el deporte o Siberia. Las dos potencias
pasaron por una lucha titánica para conquistar, cada una el mayor número de
medallas. Esto generó preparativos inesperados de ambas partes. En Moscú, el
gobierno no apoyó financieramente a los atletas para el entrenamiento. En
América, los famosos del cine, Bing Crosby y Bob Hope, lideraron una campaña
para obtener 850 mil dólares para la preparación del equipo para la olimpíada.
La intensa rivalidad no impidió la minuciosa organización que los finlandeses
le dieron al evento. Aunque conquistaron el mayor número de medallas, ningún
atleta de estos países brilló tanto como un deportista que ni siquiera
compitió. Las 60 mil personas que asistieron la fiesta de apertura el 19 de
julio de 1952, deliraron cuanto Paavo Nurmi entro en el estadio cargando la
antorcha olímpica. Él era el más grande atleta de Finlandia y uno de los
mayores del mundo.
SERGIO
TOLABA
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