INFLUENCIA DEL
PERIODISMO DEPORTIVO EN LA SOCIEDAD
Desde el siglo XX, el deporte se ha
convertido en una fiebre que ha invadido todos los ámbitos sociales. Ha elevado
niveles de cultura y civilización y se ha convertido en una necesidad social.
Ha saltado de sus
recintos a las avenidas y las calles. Ha seducido a sus practicantes,
seguidores y ámbitos de información e investigación científica especializada.
MARIA EUGENIA MORENO-CANAL 2 |
Todo ello gracias a la divulgación social de
los medios de comunicación que han atendido a la lírica de los sentimientos, la
épica del esfuerzo y la dramática de las situaciones en conflicto. Y han
convertido el deporte en un espectáculo de emociones, en una fiesta social a la
conquista de un sueño para ser vivido en el clamor y en una pasión inexplicable,
capaces de dejar huellas imborrables.
Sin embargo, a la hora de destacar sus formas
de expresión se tiende más a comentar sus posibles fallos que a describir el
estilo particular de hablar y escribir con el que muchas generaciones de
periodistas han ensanchado las posibilidades expresivas del idioma español. Por
eso parecen tener más fuerza las tradicionales acusaciones de difícil asepsia
intelectual, excesiva subjetividad, tendencia a la opinión, uso que se desvía
de la norma común, inflación de extranjerismos y tópicos, proliferación de
terminología bélica y consideración como ámbito de torpezas gramaticales e
incorrecciones que da patadas a los diccionarios.
PALABRAS EN
MOVIMIENTO
Desde hace mucho tiempo el periodismo
deportivo viene dando a conocer la aventura de las palabras en movimiento:
imitación de situaciones de la naturaleza, viajes culturales por tierras
remotas en el origen de los términos y relatos de situaciones curiosas o
personajes que han propiciado vocablos.
Ha convertido en familiares términos de
deportes olímpicos, deporte para discapacitados, deporte rural, deporte
extremo, etc. hasta llevarlos a la vida cotidiana.
PABLO TOLABA-DANIEL COLQUI-CANAL 2 |
Ha desarrollado una
dinámica de lo impensado y un juego de talento con la grada hasta formar
expresiones que hacen estallar al público en un mundo de ilusión y arte.
Y todo ello recurriendo sólo a cuatro de los
once criterios tradicionales de corrección lingüística: el uso general moderno,
la frecuencia de uso, la necesidad y el sentimiento lingüístico.
Para el léxico, es importante tener presente
el esfuerzo del propio periodismo deportivo por mejorar el uso correcto del
idioma.
Y desde 2004, son
numerosas las recomendaciones para lograr noticias lingüísticamente correctas,
socialmente responsables e informativamente precisas. Buscan una calidad
informativa en la que la palabra exacta también sea una herramienta del
periodismo y también pretenden una renovación del lenguaje periodístico ya que
es caracterizado por el abuso de extranjerismos, tópicos y frases hechas, el
ensalzamiento épico e hiperbólico de hechos y la incorporación de rasgos de
lenguaje oral. La información deportiva
se orienta a establecer un equilibrio entre la referencia a lo sucedido, los
datos novedosos, las anécdotas, la diversión y la distracción limitando también
expresiones nacidas fuera del ámbito deportivo relacionadas con racismo,
xenofobia, violencia o estereotipos chovinistas y étnicos. La supresión de adjetivos grandilocuentes, la
eliminación de extranjerismos, la limitación de la opinión ilustrativa, la
eliminación de los tópicos que no aportan información o la presencia de
terminología más habitual en combinación con la explicación breve y didáctica
de términos técnicos sin caer en niveles de erudición también son otras claves.
Se busca un nivel de
corrección idiomática sin descartar la libertad formal o el uso del humorismo y
la ironía para lograr un tono amistoso especialmente con orientaciones de
términos Olímpicos.
PISTAS OCULTAS
El léxico periodístico del deporte se ha
convertido en un privilegiado observatorio de las tendencias más actuales en el
uso del idioma y requiere un análisis con cintura de boxeador.
Es una norma estándar de comunicación que
combina técnicas propias de los lenguajes deportivo, periodístico, publicitario
y literario. Debe sintetizar el ambiente de la práctica deportiva y la emoción
que produce en sus espectadores.
Y para ello crea un relato de aventuras en el
que se entrecruzan y refuerzan la ficción y lo real en la acción deportiva como
escenario,
la aventura humana
que supera los pasillos de la historia con pasiones, intrigas, crueldades y
vicisitudes que llevan al éxito y al ocaso junto con las emociones y reacciones
del público para que la hazaña deportiva suelte el resorte de la imaginación
popular la trascendencia mediática que busca los efectos de la comunicación y
su repercusión social.
OCTAVIO RODRIGUEZ-SANTIAGO GARCIA-PATRICIA BARROS |
En los últimos años,
el léxico periodístico del deporte ha sido acusado de: recoger abusos y errores
lingüísticos como consecuencia de la laxitud, promover creaciones léxicas que
generan disparates o producen sinónimos inventados (chutazo o cañonazo); crear
lenguajes de moda como denominar a la simulación de una caída en el área como
(¡¡¡ qué actor¡¡¡).
También de acoger
calcos semánticos que simplifican conceptos y eliminan matices -finalizar
(acabar, terminar, concluir), veracidad (por credibilidad, crédito), perdonar
(fallar) o vendetta (desquite)- o crear anglicismos de fantasía (footing,
recordwoman )
Y además de generar un sinfín de tópicos
que sólo son criticables cuando su abuso responde a la inercia de expresarse
con poco interés mediante un número reducido de palabras, no cuando una forma
se vuelve muy conocida gracias a su capacidad de expresar situaciones
especiales en pocos términos.
Pero tiene un lado bueno: su capacidad
creativa para formar nuevas expresiones desde cero, o usar de forma constante
figuras retóricas para conseguir la vivencia social apasionada.
Los neologismos se
vuelven necesarios y el periodista se ha de enfrentar a una docena de idiomas,
aunque predominen el inglés y el francés. No puede siempre adaptar al español
sus formas cuando describen realidades nuevas surgidas de otras latitudes.
En la creatividad léxica juega con la
onomatopeya para reproducir ruidos y emociones del público en las tribunas y
forma siglas para denominar entidades y competiciones. Uno de los ámbitos más
interesantes se centra en los hispanoamericanismos léxicos, ese intercambio
libre de formas que ya no se ciñen a terminologías de ámbito restringido. Crear
expresiones con alma, unidas al costumbrismo y a la lengua de la calle,
combinar la lengua del deporte y la popular para agrandar la expresividad ha
formado un lenguaje gráfico, chispeante y con ingenio por el que las prisas por
ganar títulos se transforman en "urgencias históricas", la
incertidumbre en "miedo escénico", fallar en marca individual en
"Clavar el aliento en la nuca", marcar en zona en "patrullar un
sector", "hacer la estatua en "paisajear o, quedarse en la
cueva"…o el famoso “palomero”.
Los lenguajes figurados se emplean para dar
variedad, crear mitos y emociones en una forma de populismo lingüístico y se
tiende a eliminar la terminología técnica de los deportes para dar paso a una
seducción que favorece la fiesta social. Su presencia está relacionada con la
libertad literaria y sentido del humor en la descripción de acontecimientos y,
a veces, para el no aficionado esta labor creativa se convierte en una
terminología opaca.
Para sintetizar estados de ánimo,
clasificar la experiencia vivida y crear opiniones es frecuente encontrar
titulares y crónicas que aplican técnicas de modificación de discurso repetido
a partir de unidades de lengua coloquial o basadas en títulos de formas
culturales de éxito social. Giros, títulos de publicidad, música, historia y
otras formas culturales y refranes, que afirman verdades enseñadas por la
experiencia, predicen consecuencias de actos y omisiones, aconsejan normas de
conducta o sientan opiniones saltan entonces a esa nueva cancha.
LA PERSPECTIVA
ARTÍSTICA
La vivencia artística del deporte también
permite una fiesta de palabras que traspasa los límites del recinto deportivo
para tomar las calles para generar nuevos productos en combinación con otras
manifestaciones artísticas.
Ensancha el idioma gracias a la colaboración
de literatos convertidos en cronistas deportivos de actualidad, y a
composiciones que destacan la plena creación, las emociones en la música, la
plasticidad del espectáculo deportivo y el comentario social con las sonrisas
del humor.
Cuando todos estos sentimientos hablan alto,
se redefinen los significados y se pasean los términos por las avenidas de la
fantasía hasta encontrar nuevos significados al hermanarse mundos muy cultos y
los más populares.
Es la cancha para los juegos de ingenio y de
lenguaje, para las libres asociaciones. Cabe el surrealismo del diccionario
humorístico Y también los sentimientos de la aventura humana de deportistas y
aficionados en tangos, rock & roll, pasadodobles o milongas
Y entra de lleno en el comentario social,
por el que la vida se convierte en un deporte.
EPÍLOGO
En resumen, el léxico periodístico del
deporte participa en la fiesta de la inteligencia. Contribuye con su cruce de
energías creativas a rehacer mundos imaginados y permite a los pueblos
transformar la realidad hostil en una posibilidad de disfrutar hasta
redescubrirse con ilusión.
Y el periodista guía
las emociones y pone las palabras en juego para conectar los recintos
deportivos con la sociedad. Lo hace con equilibrio, precisión, claridad e
ingenio dentro de las leyes del propio idioma, además alcanza una gran
influencia social.
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