lunes, 13 de agosto de 2012


LOS RECORDS QUE SE ROMPIERON EN LONDRES
 
Ni siquiera habían comenzado los Juegos Olímpicos y ya Londres estaba rompiendo récords: nunca antes una ciudad había albergado tantos Juegos, nunca antes habían sido tan costosas, nunca antes se habían puesto en venta tantos boletos.
Ya en las pistas de atletismo, en las piscinas y en las calles de la capital británica, los atletas refrendaron esas marcas con actuaciones que también dejaron huella.
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Como en Pekín, hace cuatro años, en Londres hubo un indiscutible rey del agua y también resplandeció un rayo.
El estadounidense Michael Phelps se consagró como el atleta con más medallas olímpicas en la historia, mientras que el jamaiquino Usain Bolt despejó las dudas tras una temporada de lesiones para confirmar su puesto como el mejor velocista de todos los tiempos.
Bolt es el primero en ganar los 100 y 200 metros planos en dos Juegos consecutivos (con récord olímpico incluido en Londres 2012).
Él y Phelps fueron las dos figuras indiscutidas de Londres 2012 y las que más acapararon la atención.
Pero no fueron los únicos que brillaron en unos Juegos Olímpicos que sentaron innumerables precedentes.
Hazañas acuáticas
El 31 de julio de 2012 es una fecha inolvidable en la historia de los Juegos, pues Phelps logró acumular ese día 19 medallas y superó a la gimnasta soviética Larisa Latynina.
Pero más allá del nadador estadounidense, el Centro Acuático fue el escenario en el que se rompieron varios récords mundiales -un logro de particular relevancia si se tiene en cuenta que estos fueron los primeros Olímpicos desde que se prohibieron los trajes de baño de alta tecnología.

El sudafricano Cameron van der Burgh fue invencible en la final de los 100 metros pecho.
El sudafricano Cameron van der Burgh batió la marca en la final de los 100 metros pecho y la estadounidense Dana Vollmer lo hizo en la final de los 100 metros mariposa.
En los 200 metros pecho, tanto en femenino como en masculino se rompió la marca global: la estadounidense Rebecca Soni se impuso en las mujeres y el húngaro Daniel Gyurta fue invencible entre los hombres.
Mención aparte merecen dos jóvenes: la también estadounidense Missy Franklin y la china Ye Shiwen.
La primera, de 17 años, ganó la medalla de oro de los 200 metros espalda batiendo el récord mundial en más de medio segundo (a lo que sumó otra marca global en el relevo 4x100 combinado).
"Nunca hasta ahora, en la historia de los Juegos Olímpicos, una mujer había sido más rápida en un tramo de cualquier distancia que el ganador varón de la carrera equivalente."
Raúl Faín Binda, BBC Mundo
La segunda, un año menor, ganó la final de los 400 metros estilos individual y además nadó los últimos 50 metros más rápido que el ganador del evento masculino, el estadounidense Ryan Lochte.
Como explicó el columnista de BBC Mundo Raúl Faín Binda, "nunca hasta ahora, en la historia de los Juegos Olímpicos, una mujer había sido más rápida en un tramo de cualquier distancia que el ganador varón de la carrera equivalente". Esa hazaña fue calificada de "imposible" por un entrenador de alto rango de Estados Unidos, dando pie a todo tipo de especulaciones sobre un supuesto dopaje, que la atleta negó.
Más rápido, más fuerte
Lejos del agua también hubo estrellas, como quedó evidenciado desde el primer día de competencias. Ese día, los primeros récords mundiales estuvieron a cargo de Im Dong-hyun, de Corea del Sur, en tiro con arco individual y por equipos. Lo sorprendente es que el atleta es técnicamente ciego.
 Im Dong-Hyun es técnicamente ciego, pero logró batir récords mundiales en tiro con arco.
Otro dato sorprendente llegó en la halterofilia, donde se rompieron 44 récords olímpicos o mundiales, según las estadísticas oficiales de Londres 2012.
Y no podían faltar los de atletismo: el equipo de relevos 4x100m femenino de Estados Unidos impuso una nueva marca mundial, así como el keniata David Lekuta Rudisha en los 800 metros planos. Bolt y sus colegas jamaiquinos dejaron su marca, al pulverizar el récord mundial en los relevos de 4x100m.
En el velódromo también hubo emociones, especialmente para los británicos, que no sólo lograron siete medallas de oro en diez competencias sino que, en el proceso, rompieron varios récords mundiales (como en velocidad masculina por equipos y persecución femenina y masculina por equipos).
Y si en el ciclismo de pista se rompieron marcas, en la contrarreloj de ruta también hubo una hazaña, pues el británico Bradley Wiggins se convirtió en el primer hombre en ganar el Tour de Francia y el oro olímpico en el mismo año.
Otro momento estelar se vivió en voleibol de playa.
Las estadounidenses Misty May-Treanor y Kerri Walsh Jennings no sólo lograron la mayor cantidad consecutiva de medallas de oro en ese deporte, sino que lo hicieron con unos resultados impresionantes: ganaron 21 partidos olímpicos consecutivos entre 2004 y 2012, se impusieron en 42 sets y sólo perdieron uno.

MOMENTOS IMPORTANTES EN LONDRES

Con su formidable hazaña de ganar por segunda vez en juegos consecutivos los 100 y 200 metros planos y el relevo de 4x100, Usain Bolt confirmó una vez más su condición de héroe del Olimpismo, con un impacto popular sin precedentes.
Los anales deportivos rebosan de ganadores, pero la memoria colectiva se empecina en recordar las proezas de unos pocos. Bolt es uno de ellos, tal vez el más perdurable, debido al énfasis que la televisión global da a su histrionismo.
Su personalidad desafiante, pintoresca, arrolladora ,trasciende  nacionalidades.   Este es un factor importante de su atractivo, pero ahora, tras la consagración definitiva, cabe preguntarse cual será el futuro de su leyenda, porque su actitud y sus declaraciones permiten suponer que ya no lo veremos en su cenit.
Estos han sido los juegos de las mujeres. A veces se tuvo la impresión de que los hombres estaban acompañando, como esos guapos desabridos que algunas mujeres espléndidas llevan a los bailes como escoltas, sin compromiso.
Han desaparecido, ojala que para siempre, las barreras que algunos países interponían a la participación femenina. La figura simbólica en estos juegos fue la saudita Sarah Attar, cuya participación en los 800m ha pasado ya a los anales del atletismo internacional, aunque sería ingenuo suponer que la completa emancipación de la mujer en todo el mundo se ha hecho realidad.
Aparte de este logro más o menos simbólico, las mujeres han tenido una participación crucial, teniendo en cuenta que llaman menos la atención que los hombres en el deporte moderno, que es sirviente del espectáculo: a menos atención, menos cobertura periodística, financiación y alicientes para mejorar.
La mejor atleta de los Juegos fue probablemente la británica Jessica Ennis, ganadora del heptatlón, una formidable colección de 100m vallas, salto en alto, lanzamiento de peso, 200 metros, salto en largo, jabalina y 800 metrosPero también hay que mencionar a Ye Shewin, la nadadora china de 16 años que ganó los 400 y 200 metros estilos individual. Su récord mundial en los 400m y su remate de los últimos 50 metros, más rápido que Ryan Lochte en la prueba equivalente de varones, desató una tormenta de suposiciones y reproches que encendieron los juegos con su primera gran polémica. El hecho de que el nadador Michael Phelps no haya estado a la altura incomparable de Pekín 2008 no menoscaba su logro en 2012, al completar una carrera incomparable, ganando en cuatro Juegos Olímpicos nada menos que 22 medallas, 18 de ellas de oro, un récord que tal vez no sea superado.
En Londres, Phelps, el pobre Phelps, “sólo” ganó cuatro oros y dos platas, siendo superado por su compatriota Ryan Lochte en una de sus pruebas preferidas, los 400metros estilos, distancia en la que todavía tiene el récord.
El carácter y los logros de Bolt han oscurecido un tanto la imagen de Phelps en el reconocimiento popular, pero los verdaderos aficionados están boquiabiertos: 39 récords mundiales (29 de ellos individuales), ocho oros en los Juegos de 2008… todas las cifras de Phelps son asombrosas. Así, “Team GB”, se identifica al equipo británico en estos Juegos, en los que su cosecha de medallas -29 oros, 17 platas, 19 bronces- en trece deportes diferentes (la mayor diversidad, luego de Estados Unidos), lo ha colocado en el tercer puesto, por encima incluso de Rusia, una gran potencia olímpica. Esta hazaña se debe en parte al hecho de ser local, pero también a la probada receta de trabajar mucho, con mucha anticipación, para identificar y entrenar a los atletas justos en cada deporte. Los británicos han puesto a sus científicos a trabajar en la selección de los atletas más aptos, algo que no es un secreto en el ámbito deportivo pero que requiere la necesaria voluntad política y mucho dinero para programas que “no se ven”… hasta que llegan las medallas. Hace tiempo que Gran Bretaña avanza gracias a la modernización de su enfoque: tras el relativamente pobre rendimiento de 9 oros (30 medallas en total) de Atenas 2004, cuando el país quedó décimo en el medallero, se pasó a 19 oros (47 en total) y el cuarto lugar en Pekín 2008. Queda por verse hasta qué punto los recortes en la financiación, para muchos inevitables, afectará negativamente el rendimiento en Rio de Janeiro 2016. Ha sido notable el progreso de Colombia en el ámbito olímpico: en Londres 2012 obtuvo ocho medallas, mientras que su mejor rendimiento anterior había sido de sólo tres, en Munich 1972. Arturo Wallace señaló en BBC Mundo que el país andino puede presumir además de haber obtenido sus preseas en varias competiciones diferentes: ciclismo, levantamiento de pesas, judo, triple salto, taekwondo y lucha libre. Solamente Cuba y Brasil, dos potencias deportivas acreditadas, quedaron por delante de Colombia en el ámbito latinoamericano. Los comentaristas colombianos coinciden en que el proceso se aceleró a partir de la actuación inspiradora de María Isabel Urrutia en los Juegos de Sidney 2000, donde ganó el oro en el levantamiento de pesas categoría de 75kg. Andrés Botero, director de Coldeportes, reconoce el ejemplo de Urrutia y destaca la importancia de una mayor inversión del Estado: "Hemos ido mejorando en todas las etapas del ciclo olímpico, tanto juegos bolivarianos, centroamericanos, suramericanos, panamericanos y olímpicos, hasta llegar a tener a 104 atletas clasificados para estos juegos", dijo a BBC Mundo. La descalificación de cuatro parejas femeninas de bádminton, dos surcoreanas, una china y una indonesia, por no esforzarse para ganar los dos partidos en los que participaban y así asegurarse cruces más convenientes en la siguiente llave de la competición, dejó un sabor amargo por diversas razones. En primer lugar, fue evidente la violación del espíritu olímpico, pero el caso también dejó al descubierto una buena dosis de hipocresía, ya que la práctica de no esforzarse en ciertos partidos, cuando no son eliminatorios, es bastante frecuente y no provoca más que algunas tibias protestas de los perjudicados, que no pasan a mayores entre la indiferencia general. Los casos del bádminton fueron flagrantes, ya que las cuatro parejas compitieron en su esfuerzo para perder, pero normalmente es casi imposible probar la falta de espíritu deportivo. Un caso controvertido en estos juegos fue la caída del poderoso equipo de baloncesto de España ante Brasil, que le permitió pasar a una llave más favorable, esquivando a Estados Unidos en semifinales.
Esto provocó indignación en Francia, cuyo equipo debió enfrentar a España en cuartos: Le Fígaro acusa al equipo español de violar la Carta Olímpica. El periodismo español, a su vez, acusó de hipocresía a los franceses, que en el Campeonato Europeo de Baloncesto habrían procedido en forma semejante. El brillo de Bolt y Phelps no logró oscurecer los logros de otros dos gigantes del atletismo: el keniata David Rudisha, oro en los 800 metros, y el británico de origen somalí Mohammed Farah, oro en 5.000 y 10.000 metrosRudisha ganó de punta a punta su especialidad, asombrando por la forma en que lo consiguió: corriendo al frente desde la partida, haciendo las veces de su propia liebre para rematar con un récord mundial de 1m40,91s. La carrera fue de tanta calidad que todos los finalistas (sí, hasta el último de ellos) habría ganado el oro en los Juegos de Pekín 2008. Esto no provocó suspicacias porque, a diferencia de la nadadora china Ye Shewin, el brillo de Rudisha era bien conocido antes de esta carrera… y él fue la liebre de todos los demás. El británico Mo Farah interrumpió la seguidilla de triunfos de atletas keniata y etíopes en los 10.000 y 5.000 metros. Sus genes son somalíes (de la misma región de El Cuerno de África) y su entrenamiento estadounidense, ya que lo terminó de formar en Oregón el cubanoamericano Alberto Salazar. Casi todos hablan de “sorpresa”, pero no lo fue para BBC Mundo: antes del partido dijimos que nadie debía asombrarse si el oro era de México, “porque es uno de los pocos países que cuando juega con Brasil no se apichona de entrada, que sale con ganas de ganar.” Agregamos que si México abría el tanteador tenía una buena probabilidad de ganar el título. La lección (como si hiciera falta) es que en el fútbol internacional ya no hay equipos que ganen los partidos antes de jugarlos, como también quedó demostrado con los estrepitosos fracasos de España y Uruguay. Esto fortalecerá aun más la fe de los mexicanos en sus propias fuerzas, dándoles un impulso para seguir buscando su verdadero nivel en el fútbol internacional, un proceso demorado por la debilidad relativa de su confederación internacional, la Concacaf. En cuanto a Brasil, queda por verse si la “humillación” (así lo viven los brasileños) tiene efectos negativos o positivos en su preparación para el Mundial de 2014, justo cuando sus principales rivales parecen más fuertes. Y para colmo, además de España, Argentina, Uruguay, Alemania, Italia, Portugal, Holanda y Francia, ahora también habrá que anotar a México entre los adversarios peligrosos que puedan dar un “Maracanazo”.


FUENTE: BBC


                                                                         SERGIO TOLABA 






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